Talento Femenino En Álava: Nekane Ramírez de la Piscina Audicana

Licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada e Intérprete Jurada de inglés nombrada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Los idiomas con los que trabaja son el inglés, el francés, el italiano y el castellano, como traductora e intérprete jurada y de conferencias, correctora, revisora y creadora de contenidos en Nekane Says.
Lleva trabajando por cuenta propia en el sector de la traducción y la interpretación desde el año 2000.
Aunque sus especialidades originales son la traducción jurídico-económica y jurada y la interpretación de conferencias (consecutiva y simultánea) a lo largo de estos 22 años de carrera ha ido ampliando especialidades hasta moverse en el ámbito de la traducción técnica y científica y en el mundo del marketing y las humanidades.
Ha sido profesora de traducción e interpretación en la EHU/UPV y profesora de inglés en el CUID, Centro Universitario de Idiomas a Distancia, de la UNED.
Nekane, cuéntanos, ¿qué es Nekane Says y cuáles son sus clientes potenciales?
Nekane Says es una pequeña empresa que se dedica a prestar servicios de traducción, interpretación, corrección y asesoramiento lingüístico en todos los idiomas y todas las modalidades, desde la traducción y la interpretación jurada, hasta la creación de contenidos en distintos idiomas, pasando por la interpretación simultánea en todo tipo de eventos y acompañamientos y la traducción técnica de documentación industrial.
Los potenciales clientes de Nekane Says son tanto particulares que necesitan una traducción jurada para cualquier tipo de trámite, como empresas e instituciones que requieren servicios lingüísticos en su día a día.
Además de dominar los idiomas de trabajo, ¿qué características crees que debe tener un/a buen/a traductor/a?
Los idiomas es lo mismo que el valor a los toreros, se les presupone. Pero un buen traductor e intérprete debe dominar la cultura de las lenguas con las que trabaja, los giros, los contextos y la capacidad de documentación. Esta última característica es fundamental para poder ofrecer un servicio de calidad. Desgraciadamente, no es posible ser especialista en todas las disciplinas, pero, si dominamos las técnicas de documentación, podremos ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes. La curiosidad y la inclinación hacia el aprendizaje también son fundamentales, es necesario tener una buena disposición para conocer y aprender ininterrumpidamente, pues es una profesión que requiere un estudio constante y una actualización continua sobre cualquier avance tecnológico, de la actualidad… También es imprescindible contar con una vasta cultura general y leer mucho, muchísimo, en todos los idiomas en los que trabajamos.
Algo que te haya resultado particularmente difícil traducir. ¿Cómo lo resolviste?
Bueno, siempre pueden surgir complicaciones a la hora de abordar un trabajo. Cuando se trata de traducción escrita, normalmente se dispone de tiempo para documentarse o consultar con expertos o, incluso, con los clientes para poder encontrar una solución, pero en interpretación, especialmente en simultánea, esa posibilidad no existe, por lo que los años de formación, entrenamiento y bagaje acaban curtiendo y se desarrollan estrategias para resolver las situaciones más complejas. De todas las situaciones en las que me he encontrado con dificultades, tiendo siempre a destacar un momento, hace ya muchos años, en el que el sistema técnico de la interpretación simultánea falló y me vi abocada a cambiar de modo (pasar de simultánea a consecutiva) y meterme en un quirófano para traducir la intervención quirúrgica que había venido a hacer un cirujano estadounidense ante otros cirujanos locales. La dificultad no fue tanto por la interpretación en sí misma como por el contexto en el que hubo que hacerla… nunca olvidaré el olor dentro del quirófano.
Qué me dices de las tecnologías, ¿están a favor o en contra de la traducción?
Hay que observar la tecnología con una mirada abierta y positiva. Está ahí para ayudarnos en la mayoría de los casos y ha venido para quedarse. De entre todas las tecnologías que nos afectan, en esta profesión preocupa mucho la cuestión de la traducción automática, esa que hace un software. Es verdad que la tecnología ha avanzado mucho en ese campo, pero creo que hay muchos textos para los que no sirve de nada acudir a un software de traducción automática, la persona detrás de la traducción es la que acaba por insuflar alma al texto y eso es algo que las máquinas nunca lograrán llegar a hacer.
También es cierto que durante la pandemia los avances tecnológicos nos han ayudado muchísimo.
Nekane, ¿cómo viviste el emprendimiento dentro del sector de la traducción?
Voy a cumplir 22 años trabajando por cuenta propia en este sector. En su momento, cuando era una mujer joven y con poca experiencia, tuve que trabajar mucho para darme a conocer y ganarme la confianza de mis futuros clientes. Gracias al apoyo y al asesoramiento de mi familia pude tejer las redes necesarias para ir abriéndome un hueco poco a poco. Lo cierto es que esta es una profesión en la que la inversión inicial para ponerse en marcha no es muy grande, pero tampoco había en su momento acceso a ayudas ni a asesoramiento especializado… fue bastante trabajoso, pero no especialmente duro. Para mí, una de las claves para tener éxito en el emprendimiento es la constancia y la disciplina. Una persona muy cercana me dijo: “aunque no tengas trabajo ahora mismo, siéntate en tu despacho, coge el teléfono, ponte a llamar o espera a que te llamen, pero mantén un horario y una rutina de trabajo, todo acabará por llegar”. Y así fue.
Sabemos que existen las manipulaciones sexistas que han hecho algunos traductores a lo largo de la historia. ¿Crees que todavía hoy el sexismo puede afectar a algunas traducciones?
Uf, este tema es realmente complicado en el mundo de la traducción y la interpretación. No me quiero fijar en lo que se hacía antes, porque “agua pasada no mueve molinos” y porque tengo una personalidad muy proactiva y con vistas al futuro, de nada sirve lamentar los errores del pasado más allá de tomarlos como ejemplo de malas prácticas, pero el sexismo en particular y el lenguaje inclusivo en general nos ocasionan no pocos quebraderos de cabeza en esta profesión. Siempre he considerado que traductores y periodistas tenemos una grandísima responsabilidad sobre cómo se usa un idioma. Porque los idiomas por sí solos no son sexistas, el uso que hagamos de ellos, sin embargo, sí puede serlo, pero todo hay que ponerlo en su contexto, no es lo mismo el siglo XXI que la Edad Media y los idiomas, como las sociedades, están en constante evolución. Hay usos que son, digamos, mejorables, como dejar de llamar a los “Derechos Humanos” “Derechos del Hombre” (esta es, literalmente, la denominación que tienen en francés), pero tampoco veo necesidad de obsesionarse con el lenguaje inclusivo. Soy de las que opinan que “no hay palabra mal dicha, sino mal interpretada”, aunque siempre con matices.
¿Y en la vida profesional de las traductoras?
Yo puedo afirmar que no me he encontrado jamás con ningún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer en mi trabajo. Es verdad que hablamos de una profesión muy feminizada, tal vez ese sea el motivo… Pero nunca me han rechazado por ser mujer y, cuando trabajamos en parejas (en simultánea siempre trabajamos en parejas cuando tenemos que interpretar durante más de una hora), las dos personas que estamos juntas en la cabina cobramos exactamente lo mismo.
En algunos ámbitos, como puede ser la interpretación en servicios sociales, sí que suele pedirse que la persona que vaya a hacer la interpretación sea de un género en concreto, como puede ser en casos de violencia de género en los que se presta el servicio a la víctima, violaciones, consultas médicas… Pero creo que esto no es discriminación (ni positiva hacia las mujeres ni negativa hacia los hombres), sino practicidad.
Nekane, ¿Qué le recomendarías a una joven traductora que está a punto de terminar la carrera?
Pues le diría que, si esta es la profesión a la que quiere dedicarse el resto de su vida, tenga mucha paciencia para abrirse camino, pues no siempre es fácil aguantar teniendo que asumir unos costes mientras llega el trabajo. Constancia y disciplina son la clave, con un poquito de paciencia y algo de buena suerte. Pero también le diría que esta es una profesión tremendamente enriquecedora que te ofrece la gran oportunidad de aprender algo nuevo todos los días. También es una profesión en la que nos sometemos a examen a diario, pues, como todo lo creativo (y la traducción lo es), está sujeta a muchas subjetividades a la hora de valorar el resultado.
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